Los rincones de esta exposición rebosan compromiso y voluntad de cambio. Nacen de querer reconocer la vital importancia que el trabajo doméstico, las labores de cuidado, tienen para el desarrollo de nuestra sociedad.
Estas tareas diarias en el entorno familiar son ineludibles, pero siguen recayendo en su mayor parte en las mujeres, que se enfrentan a jornadas infinitas cuando estos trabajos no se comparten, y acaban por frenar su desarrollo laboral y profesional.
Una interesante exposición, muy bien montada. Si al final del recorrido hay alguién que no se identifica con alguna de las fotografías expuestas, los organizadores han colgado, como último cuadro, un espejo para que la persona pueda identificarse con ella misma. Igualmente han colocado unos sillones para que el que quiera pueda enviar su beso. Un beso que será recogido por la cámara de una de las organizadoras.
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