Isabel Albertos |
Los Arcenses tenemos mucho de lo que enorgullecernos en las últimas décadas. Contrariamente a lo que sugieren muchos que critican todo lo construido hasta ahora. Un pueblo con una economía mayoritariamente basada en la agricultura, conseguimos un estado de bienestar que redujo enormemente la pobreza.
Desgraciadamente,
y aunque los arcenses no fuimos totalmente conscientes de ello, tras la entrada
en el euro y la integración de muchas personas, especialmente jóvenes en el
sector de la construcción, el proceso de convergencia se detuvo y Arcos de la
Frontera entró en un camino muy diferente del que había seguido con
anterioridad. El euro permitió unos años de dinero fácil, de gasto enterrado en
pelotazos, corrupción, de capitalismo de maletín y de “amiguetes”.
No hay
indicador más claro de este cambio que el abandono escolar, que, tras haberse
reducido continuamente durante dos décadas, invirtió su tendencia en el 2000
hasta el día de hoy que no sólo somos una de las ciudades con más paro, sino
con más fracaso escolar. Los jóvenes recibían la señal de que, con el dinero
fácil, no hacía falta estudiar, sino empezar a trabajar, cuanto antes, y
preferentemente en la construcción. Después de unos años de vivir el espejismo
de un crecimiento sin productividad, alimentado por el ladrillo y la teja, la
burbuja explotó y nos sumergimos en una profunda crisis prefabricada.
La
burbuja, y la cultura del pelotazo, los chanchullos y los enchufes nos han
dejado con un Arcos que no está preparado.
El fracaso de nuestro sistema
educativo, de los principios del mérito y la capacidad en el sector público, la
desaparición de muchas pequeñas y medianas empresas, en muchos casos por
retrasos e impagos del sector público, dejan una economía que tendrá muchos
problemas para generar el crecimiento necesario para acabar con el paro.
Además, el reparto del coste de la crisis ha sido brutalmente injusto: los
jóvenes y los desempleados de larga duración han visto recortadas radicalmente
sus oportunidades. Es difícil construir una vida desde la precariedad. Hemos
vivido demasiados años en la corrupción y en lo virtual.
Ahora
se trata de reconducir Arcos, para ello necesitamos un modelo de crecimiento
basado en el conocimiento y en la formación, en el esfuerzo y en el mérito. Necesitamos
un proyecto global de saneamiento y desarrollo económico que cree empleo
estable y digno. Para lograr este objetivo no existen atajos ni soluciones
mágicas. El programa económico que presentamos la plataforma ciudadana Ven-T con Arcos, intenta orientar a nuestros
conciudadanos en tomar conciencia de la situación y dirigirnos en esa
dirección.
Se
trata de cambiar, de reformar, de regenerar con sentido común. Hemos vivido
demasiados años en las irregularidades administrativas y el clientelismo. Un
cambio pero desde la sensatez, desde la seguridad, manteniendo la confianza. Los
ciudadanos son el centro de nuestra actuación. Queremos capacitar y ayudar a
los ciudadanos para que tomen sus propias decisiones, pero para ello necesitan
toda la información sin trampas. Por ello, el cambio que proponemos parte no
solo de la seguridad y la confianza, sino también de la transparencia.
Nuestro
programa económico tiene prioridades. Luchar por asegurar un salario digno y
por eliminar las causas de la desigualdad y la pobreza (Humanismo
Transformador). Desarrollar pequeños y medianos proyectos en sectores como la
agricultura, pequeñas industrias transformadoras, el turismo, la salud, crear
una marca reconocida de ciudad a nivel internacional.
Asegurar
la educación de nuestros jóvenes para la economía del conocimiento. Facilitar
la innovación y el crecimiento de las empresas y la actividad de los autónomos
buscando mercados internacionales. Buscar la sostenibilidad del gasto público y
acabar con la corrupción política con un
ayuntamiento transparente.
Las propuestas
de Ven-T, tratan de reflejar las mejores prácticas para Arcos, de forma que aquellas
que no funcionen como deseamos sean rediseñadas o eliminadas.
La
firma ante notario de nuestro programa electoral, pretende ser un documento
vivo, que cambie y evolucione con las aportaciones de todos los ciudadanos.
Arcos va a cambiar, Arcos tiene futuro, son muchos los ciudadanos que no se
rinden, que no pierden la esperanza, nosotros tampoco. Por eso si decides
venirte con nosotros, te vienes con Arcos, como partido municipalista o
plataforma ciudadana, Ven-T somos todos.
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