Este pasado Viernes el señor Francisco Menacho, Consejero de Gobernación y Justicia, por poco tiempo, visitó Arcos. En una de esas reuniones relámpago, anunció un convenio tripartito para solucionar el tan controvertido problema de la Verbena.
En efecto, la distribución pone en relación tres ventanillas, la de los aportantes y la de los receptores-aportantes.
La función de aportación, está alimentada por el sector productivo y todos los que con él se relacionan.
Una economía competitiva garantiza, con su prosperidad, la financiación de los servicios públicos y no la buena voluntad de los políticos ni la cantidad ni la calidad de las protestas sociales. "Los contribuyentes".
El sistema funciona bien mientras haya un equilibrio entre ambas colas y el sector público gestione eficientemente los recursos. Una gestión austera incrementa el número de recursos para la financiación de las necesidades sociales, como una despilfarradora los reduce.
En el circuito fiscal hay tres etapas que merecen la misma atención social y la misma responsabilidad, la aportación de los contribuyentes, la gestión de los recursos públicos y la prestación de los servicios sociales. Ven-T cree que las dificultades financieras de muchas administraciones se deben, fundamentalmente, a la falta de control del gasto público. Muchos dirigentes han utilizado los recursos destinados al bienestar común con una falta de prudencia y diligencia extremas y hasta con finalidades partidistas y electoralistas siendo, en esta etapa, donde encontraremos, seguramente, la causa principal de la gran catástrofe fiscal, financiera actual en Arcos y donde deberían centrarse los futuros esfuerzos para salir de ella.
Es fundamental que la gobernación la desempeñe gente con sentido común que anteponga los intereses generales a los particulares del grupo dirigente. Recurriendo a la simplificación, para hacerlo más comprensible, en un "sistema democrático", hay dos tipos de gestores públicos, los que tienen como objetivo preferente resolver los problemas que más preocupan a los ciudadanos (ejemplo: el paro y el progreso económico) y los que sólo piensan en ganar las próximas elecciones.
Las decisiones de los primeros van dirigidas a mejorar la calidad de la preparación técnica y potenciar el espíritu de trabajo de la población, utilizando inteligentemente todo tipo de recursos y perfeccionando el sistema legal, para incrementar la competitividad de la economía y con ello el nivel de vida de la población y las de los segundos vendrán determinadas por sus intereses electorales. Salvo que se vean obligados, será difícil que tomen una decisión que afecte a su cuota de votantes, aunque sea fundamental para el futuro de la ciudadanía. Su política se acaba convirtiendo en superficial (no va al núcleo de los problemas), cortoplacista (hasta las próximas elecciones), egoísta (sólo se aprueba lo que beneficia electoralmente al partido dirigente) y demagógica (intentando camuflar sus respectivas responsabilidades con la Verbena).
En Economía, los errores de gestión se acaban pagando, aunque los costes y la responsabilidad, de momento, no se repartan de una forma equitativa.
Si se quiere que los servicios sociales no acaben desatendidos y solucionar el problema del paro y los graves problemas sociales que genera, no hay otro remedio que aplicar una política de expansión del sector productivo con una serie de medidas de promoción empresarial, concentrando los recursos financieros y los incentivos fiscales y legales en este sector y en especial, en las pequeñas y medianas empresas arcenses.
La política contraria, aunque los dirigentes políticos y los medios dependientes la presenten como avanzada, no lleva más que a la regresión, a la pobreza y a la frustración, aunque siempre encontrarán una base social ingenua como la Verbena, a la que convencer de que la crisis es un fenómeno de procedencia exterior. Truco empleado con éxito, durante estos años, por dirigentes de nuestra provincia que han acabado en la ruina política, como el Señor Pizarro, antecesor en la consejería del que nos visita ahora, por su tozudez en no reconvertir sus principios ideológicos en materia económica.
Esto sucede en Andalucía, la generosa Andalucía, en nuestra provincia, Cádiz y en nuestro querido pueblo de Arcos de la Frontera que el sector político menosprecia la importancia de la economía y la competitividad de su sector productivo como base del progreso de los pueblos .Y todavía peor, los que llegaron a considerar a los empresarios como una clase hostil. En el momento que asumieron la gobernación convirtieron el sistema legal en un marco contrario a los emprendedores económicos, castigándoles con cada vez más problemas legales, mayores exacciones fiscales y trabas a su función, con menores y más caros recursos financieros.
Mientras tanto, la cola de los desempleados crece sin parar. Los que tienen derechos adquiridos ven con preocupación que una oleada enorme pone en peligro su futuro.
Esto va bien a los políticos de la distribución fácil, con una visión cortoplacista, utilitaria y egoísta de la gestión pública. Estos señores han accedido dentro del sector público, sin selección profesional y sólo con el mérito de su afiliación política, un voto fiel y una garantía para su reelección. Posiblemente el convenio lo firmará el Sr. Chaves que vendrá a Arcos en campaña si es que se presenta por la provincia de Cádiz como se comenta. Así lo han hecho anteriormente muchos, Rubalcaba y hasta el mismísimo Rato del PP. Cádiz es así de generosa y los gaditanos así de permisivos incluso con el paro.
Pero el panorama cambia radicalmente cuando las cantidades que se ingresan comienzan a ser insuficientes para hacer frente a todos los gastos sociales y no tienen más remedio que reducir las prestaciones sociales comprometidas. Tenemos nuestras dudas sobre los recursos que vienen para La Verbena en Arcos. Como tenemos nuestras dudas sobre la deuda de la empresa que las ejecuta Tragsa que ha retirado las máquinas por el momento, o de las aportaciones que nuestro ayuntamiento en teoría debe realizar a dicho convenio tripartito.
Así pues, es lógico que estemos en crisis. Los fondos no pueden alimentar la enorme estructura burocrática y los crecientes gastos sociales. Eso sí, utilizando sus responsables políticos, que en esto son expertos, técnicas de distracción social sobre el origen de la crisis y creativos juegos de palabras sobre sus soluciones y procurando que en el circo no falten nunca temas para entretener y/o aplacar la ira popular, con el objeto de evitar que los electores les envíen a la cola de lo único que realmente les preocupa, su propio paro y no La Verbena y sus desplazamientos terrenales.
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