jueves, 19 de junio de 2014

"El cáncer REVIERTE"

Comprender la diferencia entre el dolor y el sufrimiento, descubrir las distintas formas en las que alimentamos las emociones dañinas, así como las distintas opciones y actitudes desde las que podemos liberarnos de las mismas, es fundamental para transformar nuestra vida y nuestras circunstancias. 

En estos días, estoy dejando atrás la corrección de mi último libro “El cáncer REVIERTE”. Todas y cada una de las terapias que complementan a la nuestra, son coadyuvantes en nuestro proyecto de Chumbera Blue. Este libro lo he dedicado a todos los profesionales que trabajan por la remisión permanente del cáncer.

  A mis amigos médicos y terapeutas que tratan el miedo y el sufrimiento tanto como sus pacientes. A todas aquellas personas que están dispuestas a ver más allá de lo que se consideran  inamovible, a profesionales que se han expuesto al ridículo, a la pérdida de su posición social, a condenas de la justicia con la finalidad de avanzar un poco más. A los científicos que elaboran nuevas teorías trabajando día y noche en sus laboratorios y con sus pacientes. A los científicos investigadores con criterios abiertos. A personas como yo, que han dejado treinta años de trabajo, estafado por un banco de los llamados “éticos”. Y por supuesto a todos los enfermos del mundo.

 El profesor René Dubos de la Universidad Rockefeller de Nueva York decía que el problema de la medicina científica consiste en que no es lo suficientemente científica. La medicina de hoy en día sólo llegará a ser verdaderamente científica, cuando médicos y pacientes hayan aprendido a manejar las fuerzas tanto físicas como mentales que actúan a través del poder curativo de la naturaleza . Y este señor fue el descubridor del primer antibiótico comercializado en 1939.

Las enfermedades cansan fisiológicamente hablando, pero las que acaban contigo, convertidas en crónicas, siempre van acompañadas, además de la mala nutrición, del aspecto psicoemocional en sus orígenes. No es el médico el que nos va a curar. El médico nos va a orientar y somos nosotros los que tenemos que luchar para conseguir nuestros objetivos. Para eso necesitamos una mente abierta, desbloqueada y optimista, pero sobre todo, ser responsables de nuestro propio cuerpo.

“Como decía en uno de sus artículos el doctor Harguinday,  al personaje más santo, generoso, sencillo y espiritualmente elevado, al que por todo ello nadie comprendía y del que todos se mofaban, Dostoievsky  le dio el nombre de ‘El idiota’. 

Sobre todo merece prestar una especial atención a una pequeña pero gran obra universal que refleja como nada y nadie la situación actual de este país, dominado por la corrupción política, moralmente hundido por la crueldad, ausencia de compasión y decencia de banqueros y por la falta absoluta de empatía y honestidad de grandes “empresarios”, algunos incluso al frente de cada vez más famosas fundaciones “sin ánimo de lucro”… Se refería a la inmortal obra de Henrik Ibsen, también muy irónicamente titulada “Un enemigo del pueblo”.  

Dicho ‘enemigo del pueblo’, y al revés nos lo dice Ibsen para que le entendamos, es el heroico médico Dr. Thomas Stockmann, la única persona decente de la sociedad democrática en la que se desarrolla la trama, el cual descubre que el agua con la que se abastece a su población está envenenada y es causante de innumerables males y enfermedades en la gente. Los políticos demócratas, democráticamente, claro, es decir por una gran mayoría, a pesar de ser conscientes del peligro, votan en contra de la propuesta de nuestro héroe de cerrar el balneario de donde provienen las infestadas aguas. 

La fiera oposición de Stockmann cuenta incluso con la tentación de su propio y corrupto hermano de nombrarle director del putrefacto balneario. Al final, incapaz de doblegar su voluntad ni convertirle en un hipócrita más a pesar de las propuestas crematísticas con las que es tentado, el gobierno local declara al incorruptible Dr. Stockmann ‘enemigo del pueblo’ al no someterse a la legalidad y a la opinión de la mayoría; 

«El sistema está podrido, los parches ya no sirven, la metástasis es total. Necesitamos una renovación completa, un renacimiento desde el origen, y esto es una tarea del espíritu».  

Termina el doctor Salvador Harguindey,  vicepresidente de la Sociedad Internacional de la Dinámica de Protones en el Tratamiento del Cáncer, presidente de la Asociación para la Investigación y Tratamiento con Protones del Cáncer (ACRTP): 

 ¡Silencio todos! ¡Escuchad lo que acabo de descubrir! …El hombre más fuerte del mundo es el que está más solo». Salud y calma, o nos salvamos todos o no se salva nadie.

Antonio Ortiz. Concejal y Portavoz del grupo municipal Ven-T con nosotros.com





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