Crisis, por José Luis de Palma, sicólogo.

La crisis económica en la que nos vemos envueltos no es sólo a nivel nacional, es definitivamente una crisis global y, me atrevería a apuntar, que es lo más evidente de un sistema caduco a todos los niveles. Los modelos sociales, económicos, políticos e, incluso, religiosos, en general ya no dan más de sí, y ante la progresiva culturización, búsqueda y despertar de muchos hombres y mujeres que habitan nuestro planeta, comienzan a "hacer agua" por todas partes.
Los que, hasta ahora, han estado moviendo los hilos de este mundo en la oscuridad, agazapados tras bambalinas, a través de sus grandes monopolios petroleros,
compañías farmaceúticas, grandes bancos y corporaciones de diferente género, pretenden crear miedo e inquietud en la población. El cada vez más abultado colchón de paro -por otra parte generado por ellos mismos- les viene estupendamente a sus propósitos. Y el ser humano, cada vez siente mayor presión sobre sus hombros, le crean más ficticias obligaciones, recaen sobre él más impuestos, y el empuje de unos moldes de "modus vivendi" que los "medios de comunicación" -tan parciales y partidistas (depende de quién les pague)- se encargan de promover y paradigmatizar como "la cultura del bienestar" (léase sociedad de consumo).

Sin embargo, tengo fe... Tengo fe en el ser humano. Por todas partes veo, cada vez más, gente que comienza a despertar, se despegan de sus "cajas tontas" de vacíos contenidos y comienzan a buscar por sí mismos la razón de su existencia, algo que trascienda el triste egoismo al que nos tienen acostumbrados. Todos los sistemas económicos, sociales, etc... basados en el "Ego" tienen sus días contados y, la situación tan grave que observamos, son los últimos coletazos del dragón moribundo.

Se avecinan cambios muy fuertes, nuestro sistema solar está entrando en zonas de la galaxia donde hay energías muy distintas a todas con las que se ha cruzado en su deambular cósmico hasta ahora y, conste, no sólo lo digo yo, sino que es algo bastante conocido por la comunidad científica, hallareis más información en la red si lo buscais. Por lo tanto, nos guste o no, algo va a cambiar...

No tened miedo al cambio, pues es imprescindible. Algo hermoso y altruísta, donde todos podríamos colaborar en la medida de nuestras posibilidades, está empezando a acontecer. No dejaos engañar por los mensajeros del miedo que pretenden instalarlo en vuestros corazones, mentes y almas.

El siguiente paso es simplemente la maravilla de la incertidumbre, lo cual nos indica que la estructura de nuestra mente tiene que cambiar, porque esta situación crítica proporcionará una nueva apertura en aquellos y aquellas que la aprovechen. Todo lo que está ocurriendo, verdaderamente tiene que ocurrir. Y me ha llamado mucho la atención el suceso sincronístico de que, precisamente en nuestro mágico pueblo, se estén dando condiciones realmente válidas para un cambio resonante que, incluso, traería repercusiones a niveles más globales.

Veo en Antonio Ortiz uno de los gestores de ese cambio; sus proyectos altruístas, con una gran base social y proyección hacia los demás y sus latentes problemas, no se parecen a ninguno de los antiguos paradigmas a los que se nos ha acostumbrado.

Sirvan estas letras para darle ánimo, esperanza y fuerza en su nuevo modelo holístico que tan claramente nos muestra.

Un abrazo Antonio.

Jose L. de Palma.