Hay razones de peso por las que Alemania teme las sanciones
occidentales contra Rusia.
La alta dirección de las principales empresas alemanas teme
que las sanciones que pretenden aplicar contra Rusia tendrían unas
consecuencias irreparables para su negocio. Cabe señalar los datos que se
publican por la prensa europea de que alrededor de 300.000 puestos de trabajo
en Alemania están conectados directamente con el negocio de las empresas
alemanas en Rusia, y si la situación con las sanciones empeora, gran parte de esa plantilla podría perder su
empleo.
Así que la locomotora de la economía europea y su relación
con España, está en una situación irreversible. Alemania se ha convertido en el socio
comercial clave de Rusia en la Unión Europea: si tiramos de datos publicados en
medios especializados en economía, a finales del 2012 la proporción de las
exportaciones alemanas a Rusia de las exportaciones totales de la UE ascendió
al 31%, estando muy por delante de Italia (10%) y Francia (9%).
Por eso es tan significativo que el día en que el presidente
chino llegue por primera vez a la sede de la Unión Europea para reclamar la
“apertura de los mercados”, se anuncie que China ha abierto dos centros (en
Frankfurt y Londres) para que sus “derechos especiales de giro” (SWAP) puedan
funcionar como divisa de referencia en sus intercambios comerciales con Europa.
Es decir que, por una parte China consolida su moneda como
una alternativa al dólar y, por otra parte, podemos contemplar la visita del
mandatario chino como la certificación de un cambio en el sistema monetario
internacional. Parece claro que estamos viviendo, ya, esa transición. Rusia
abandona el dólar y adopta el rublo-oro. Podemos decir entonces que comienza a adoptar su propia moneda (el rublo) apoyado
en sus propias reservas de oro como divisa para los pagos internacionales.
Dónde nos colocamos nosotros, nos unimos a la rebelión liderada por China y
Rusia, o el Nuevo Orden Mundial, con actos de terror, nos seguirá angustiando
con una crisis que nos lleva a cifras impensables de 7 millones de parados, 3
millones de niños en el umbral de la pobreza; Cuánto tiempo resistiremos hasta
que la situación nos explote en las manos, qué argumentos tenemos los políticos
para decirle a los ciudadanos que tenemos solución sin cambiar el sistema, qué
esperanza justificamos para nuestros jóvenes sin dar un giro radical de timón,
acabar con la corrupción y con la mitad de los políticos, o seguimos con este
escenario de pan y circo pretendiendo que algo pasará, cuando en realidad está
pasando y no hacemos nada.
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