Doce pasos necesarios
para acabar con el fracaso escolar y recuperar la excelencia educativa
Lo ha certificado el informe PISA, pero no es el único. El fracaso escolar de
casi uno de cada tres alumnos españoles lo han constatado también el informe
del Ministerio de Educación Panorama de la Educación, publicaciones
especializadas como Magisterio
y los propios docentes en el día a día.
Mientras tanto, lejos de atender a otros modelos europeos basados en el esfuerzo que han mejorado su sistema educativo, el Gobierno sigue estancado, con corrientes pedagógicas que fracasaron anteriormente en otros países.
Mientras tanto, lejos de atender a otros modelos europeos basados en el esfuerzo que han mejorado su sistema educativo, el Gobierno sigue estancado, con corrientes pedagógicas que fracasaron anteriormente en otros países.
Isabel Bazo Sánchez, presidenta de la Confederación Española de Centros de Enseñanza (CECE) y consejera del Consejo Escolar del Estado; Alfonso López Quintás, catedrático emérito de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid y miembro de la Real Academia de Ciencia Morales y Políticas; y José Manuel Mañú Noain, con 30 años dedicado a la docencia en centros públicos y privados y autor de varios libros sobre educación, proponen un total de trece pasos necesarios.
Entre ellos, restablecer la disciplina entre el alumnado, devolver al profesor su autoridad y la necesaria implicación de los padres, son las claves del éxito.
Contra la calidad, el prestigio y la libertad
Las sucesivas leyes implantadas a golpe de mayorías parlamentarias han sido ataques contundentes contra la calidad, el prestigio y la libertad, auténticos pilares de todo sistema educativo que mira al futuro.
Nuestros gobernantes siguen sin dar soluciones al tremendo número de abandonos de la escuela sin la titulación mínima; al alto índice de caso de violencia en las aulas; a la desesperanza de los educadores ante la infravaloración de su tarea.
Entonces, ¿qué soluciones hay que
aplicar?
Los doce pasos
Los doce pasos
1. Restablecer la disciplina entre el
alumnado y elevar el nivel de calidad, tomando como
canon
de medida a los alumnos bien dotados y motivados.
2. Devolver a los profesores la necesaria autoridad, que nunca debieron haber perdido, y crear un clima de trabajo adecuado.
3. Reponer en la universidad el nivel de exigencia en la selección del profesorado y elaborar planes de estudio aptos para conseguir profesionales bien preparados para la investigación y la docencia. Por ejemplo, exigiéndoles el conocimiento de las lenguas que sean indispensables en cada carrera.
4. Prestigiar la formación profesional como alternativa rentable y noble a la formación universitaria.
5. Aumentar la comunicación y colaboración entre padres y profesores para buscar los mismos objetivos educativos. En la educación deben involucrarse la familia y la escuela, así como la sociedad en su conjunto y las administraciones.
6. Educar en un clima de cariño, pero también de exigencia, para ayudar a los alumnos a no dejarse arrastrar por un hedonismo que incapacita para el esfuerzo.
7. Conseguir que otras formas de ocio no suplanten a la lectura, sabiendo crear entre los alumnos o hijos el clima propicio para conseguir y mantener buenos lectores.
8. Lograr un estilo educativo que les permita ir a contracorriente cuando sea necesario, fomentando el liderazgo solidario entre los estudiantes.
9. Ayudarlos a marcarse metas personales de mejora y a luchar para adquirirlas, sabiendo recomenzar una y otra vez. Fomentar, por tanto, una libertad responsable capaz de asumir compromisos y mantenerlos.
10. Educar en virtudes en el ambiente familiar y escolar, dejando de lado complejos potenciados desde una visión laicista de la sociedad.
11. Atender a la educación diferenciada. Las chicas rinden mejor en colegios femeninos, mientras los chicos, en presencia de ellas, tienden especialmente a un comportamiento más bullicioso y que no facilita el clima de trabajo.
12. Facilitar a los padres la elección de la escuela acorde con sus creencias. Para ello, es imprescindible que existan centros educativos diferentes con idearios definidos, que fomenten la triple dimensión del ser humano: intelectual, física y espiritual.
2. Devolver a los profesores la necesaria autoridad, que nunca debieron haber perdido, y crear un clima de trabajo adecuado.
3. Reponer en la universidad el nivel de exigencia en la selección del profesorado y elaborar planes de estudio aptos para conseguir profesionales bien preparados para la investigación y la docencia. Por ejemplo, exigiéndoles el conocimiento de las lenguas que sean indispensables en cada carrera.
4. Prestigiar la formación profesional como alternativa rentable y noble a la formación universitaria.
5. Aumentar la comunicación y colaboración entre padres y profesores para buscar los mismos objetivos educativos. En la educación deben involucrarse la familia y la escuela, así como la sociedad en su conjunto y las administraciones.
6. Educar en un clima de cariño, pero también de exigencia, para ayudar a los alumnos a no dejarse arrastrar por un hedonismo que incapacita para el esfuerzo.
7. Conseguir que otras formas de ocio no suplanten a la lectura, sabiendo crear entre los alumnos o hijos el clima propicio para conseguir y mantener buenos lectores.
8. Lograr un estilo educativo que les permita ir a contracorriente cuando sea necesario, fomentando el liderazgo solidario entre los estudiantes.
9. Ayudarlos a marcarse metas personales de mejora y a luchar para adquirirlas, sabiendo recomenzar una y otra vez. Fomentar, por tanto, una libertad responsable capaz de asumir compromisos y mantenerlos.
10. Educar en virtudes en el ambiente familiar y escolar, dejando de lado complejos potenciados desde una visión laicista de la sociedad.
11. Atender a la educación diferenciada. Las chicas rinden mejor en colegios femeninos, mientras los chicos, en presencia de ellas, tienden especialmente a un comportamiento más bullicioso y que no facilita el clima de trabajo.
12. Facilitar a los padres la elección de la escuela acorde con sus creencias. Para ello, es imprescindible que existan centros educativos diferentes con idearios definidos, que fomenten la triple dimensión del ser humano: intelectual, física y espiritual.
No hay comentarios:
Publicar un comentario